No más Educare, si más educere. Por Ignacio A Carrasco U Educador

Dolor o no dolor (Una historia en “Lo” Espejo) Dolor. El Doc, me dice: “Se aprende por curiosidad o por dolor”. Examino aquello y me pregunto: ¿Cuántas curiosidades tuve, cuántos dolores tuve? Miro atrás y creo ver mucha curiosidad; he sido “busquilla”; y dolores?:  mmm… Al 4º día, la María S. es interpelada por una compañera, tangencialmente, pero todos sabíamos que era a ella a quien se dirigía el cuestionamiento: este se basó en una actitud  xenófoba de la Mari, discriminatoria por donde se le viera contra niños con discapacidad. La Mari S., es una mujer joven con dos hijos, un matrimonio con un hombre que ella califica como “enfermo” de enfermedad mental, alguien disminuido en sus capacidades intelectuales, con quien mantiene una violencia intrafamiliar constante.  La Mari S, en los distintos días ha dejado ver detalles de su drama. Pero para muchas de sus pares ella no  quiere ayuda, según ellas sólo dramatiza de la boca hacia afuera, porque al final no hace nada para s

¿Quién revisa, quién supervisa, quién asume el juicio crítico de la más influyente aula de clase de todo el país? Un profesional que se enfrenta a 20, 30, 40 niños o ñiñas, o adolescentes se encuentra hoy en una importante y justificada observación de toda la sociedad respecto de su labor, pues existe “preocupación por lo que los niños y niñas aprenden” en ese espacio. Es adecuada la enorme cantidad de recursos, medios, políticas que se elaboran de todo tipo para acompañar todo lo que el docente diga y no diga, realice y no realice enfrente de esos niños y niñas, pues todo lo que él o ella haga quedará impregnado en la vivencia de ese niño, niña o joven. Pero, ¿Qué responsabilidad educativa están asumiendo las organizaciones que tienen a su cargo la mayor aula del país? Aquella en la que un solo adulto-pofesor-guía-tutor no tiene sólo a 20, 40 o 50 niños mirándole, sino que tiene a unas cuantas docenas de miles, de todas las edades. ¿Qué reflexiones, planificaciones, orientacion

Diga un día: Niños,niñas, desde hoy no pasaremos más materias. Nos dedicaremos a conversar, pasarlo bien, organizarnos para hacer cosas entretenidas, adornar la sala, embellecer el colegio, visitar gente de los alrededores, etc. etc. Sólo pasarlo bien: quieren?? Siiiiiii (se escuchará en el fondo, al centro, al lado y en todos los costados de la sala) Pues bien, el único compromiso que les pedimos es que a final de año, un poco antes de que terminemos las “clases” o nuestro: a esas alturas, período de trabajo juntos, dediquemos algunas horas del día, en un par de semanas, no más que eso, a conocer un cuestionario, que luego en una sala tendrán que responder solit@s, dando lo mejor de sí, o sea concentrándose mucho para ser exitosos. Eso es todo. De acuerdo???: de acuerdo¡¡¡¡¡¡¡ Listo. Sólo con eso, la educación chilena habrá mejorado ostensiblemente en un grado incuantificable para el tiempo que ya se ha perdido haciendo lo contrario, y el que se sigue perdiendo a diario, intentando h